El sector de la energía ha sido noticia en los últimos meses, sobre todo por la aparición de precios negativos en el pool eléctrico. Últimamente, el mercado se enfrenta a una oferta que a menudo supera la demanda, lo que altera los precios y puede poner en dificultades a algunos agentes del sector.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el sector energético en el futuro y qué soluciones podrían encontrarse?
Si bien los precios negativos registrados en abril en el mercado diario mayorista son beneficiosos para los consumidores finales con tarifas indexadas, no puede decirse lo mismo de todos los productores de energía.
La oferta supera a la demanda. El resultado, como era de esperar, es una caída de los precios de la electricidad que, de mantenerse en el tiempo, podría suponer un problema para los productores.
El hecho es que la generación renovable, especialmente la solar, funciona a pleno rendimiento durante las horas punta del día -hasta representar más de la mitad del mix eléctrico total-, que es también el momento en que cae la demanda y, por tanto, genera excedentes de producción.
Con vistas a descarbonizar la generación de energía y aumentar la cuota de renovables en el consumo final, no parece adecuado parar temporalmente los parques fotovoltaicos en favor de otras tecnologías que aumentarían drásticamente las emisiones de CO2.
El problema es que, en general, a los productores nucleares o de ciclo combinado no les resulta rentable parar y volver a poner en marcha sus instalaciones con frecuencia. Así que prefieren pagar una pequeña cantidad -cuando los precios del pool son negativos- antes que detener la producción.
Entonces, ¿qué se puede hacer si las energías renovables producen cada vez más, pero la producción de combustibles fósiles no disminuye lo suficiente al mismo tiempo?
Existen soluciones que podrían ayudar a descongestionar la red eléctrica, limitar las pérdidas de energía, compensar la intermitencia y garantizar la rentabilidad de las energías verdes o reducir la proporción de combustibles fósiles.
Si hay una tecnología que está ganando popularidad a la hora de gestionar los excedentes de producción de energías renovables, esa es la de las baterías de almacenamiento. Las más conocidas son las baterías de litio, que pueden almacenar la energía producida por paneles solares o turbinas eólicas que no se ha consumido.
Estas baterías pueden instalarse en viviendas particulares o a mayor escala. Sin embargo, hay otras formas de almacenar energía, como el bombeo de agua.
Por otra parte, tenemos el hidrógeno verde, producido por electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables, que puede utilizarse como medio de almacenamiento de energía a largo plazo.
Pero, estás tres tecnologías no son las únicas opciones para evitar perder todos los excedentes de producción. Por otro lado, la agrivoltaica en España está empezando a ser una alternativa sostenible a tener en cuenta.
La electrificación de la demanda se refiere al creciente uso de la electricidad en sectores que tradicionalmente dependían de combustibles fósiles, como el transporte, la calefacción y la industria.
Para las empresas, fomentar la demanda eléctrica significa explorar nuevas oportunidades y adaptarse a los cambios en las necesidades energéticas de sus clientes.
Por ejemplo, la adopción de vehículos eléctricos no sólo está transformando el sector del transporte, sino que también está creando una demanda significativa para la infraestructura de carga eléctrica. Las empresas pueden beneficiarse invirtiendo en estas infraestructuras y ofreciendo soluciones de carga para vehículos eléctricos.
En el ámbito industrial, la electrificación de procesos puede mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones, por lo que las empresas deben considerar tecnologías avanzadas.
La apuesta por las bombas de calor, más eficientes que otros sistemas térmicos de generación de calor, tanto a nivel industrial como residencial y fomentados por el nuevo sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE), requiere también una mayor capacidad de la red eléctrica a fin de evitar las sobrecargas.
La electrificación de la demanda es solicitada por parte de muchos agentes del sector para aumentar la demanda y volver a precios competitivos en el pool.
El futuro de la energía está siendo definido por una serie de tendencias disruptivas que presentan tanto desafíos como oportunidades para las empresas del sector.
La electrificación de la demanda, el almacenamiento de energía renovable, el vehículo eléctrico y el hidrógeno verde son áreas clave en las que las empresas deben centrar sus esfuerzos.
Adaptarse a estos cambios no solo mejorará la sostenibilidad y eficiencia, sino que también abrirá nuevas oportunidades de negocio y fortalecerá la posición competitiva en un mercado en rápida evolución.
Las empresas que adopten estas tendencias y se posicionen como líderes en innovación energética estarán mejor preparadas para enfrentar los retos del futuro y capitalizar las oportunidades emergentes.
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