La estrategia Demand Response nace debido a un problema: el enorme gasto energético. Este desmesurado gasto desencadena en unos enormes precios en el mercado que podrían evitarse si no fuera porque los equipos tecnológicos no son lo suficientemente eficientes y el conjunto de la sociedad tiene unos consumos relativos a determinados tramos horarios que son similares en la mayoría de los hogares, lo cual termina provocando picos de demanda. Simplificando: si la mayor parte de los españoles planchamos, vemos la televisión y utilizamos el horno para cenar a la misma hora, entre todos generamos un gran consumo en una determinada franja horaria. Si además, nuestros dispositivos no son eficientes, provocaremos caídas de tensión en la red y desabastecimiento puntual, lo cual derivará en mayores precios .
En este aspecto, hablamos de equipos tecnológicos que consiguen ahorrar energía en el hogar a través de proporcionar información útil a los consumidores, evitar el consumo fantasma y mejorar la eficiencia de los electrodomésticos. Esta tendencia ha ido mejorando a la vez que aumentaba la implementación de sistemas de domótica en los hogares. Esta tecnología, se basa fundamentalmente en dos partes:
Por un lado, tenemos las mejoras de software que permitan al usuario de una manera sencilla y cercana comprender el consumo energético que están realizando para conocer cómo deberían distribuir su consumo a lo largo del día para evitar los tramos punta de la gráfica kWh; y a su vez por otro lado, conocer datos como cuánto consume cada uno de sus electrodomésticos y cuanta energía se está malgastando debido al consumo fantasma.
En este punto, nos referimos tanto a los dispositivos que permiten recoger datos sobre el consumo en tiempo real, así como a los dispositivos de disminución de la demanda, los cuáles se encargan de verificar que no se está malgastando la energía. Un ejemplo sería un sensor que al no detectar la presencia humana en una habitación apague sus luces, su aire acondicionado o calefacción, así como otros dispositivos que estén realizando un consumo stand by.
Entendemos como "demand management" a la técnica subsiguiente a la implementación de demand response que busca unir la información macroenergética (precio del kWh, parte meteorológico, producción de energía, distribución horaria de energía renovable y no renovable, energía almacenada, precio de compra de la energía por parte de la comercializadora, etc) con la información microenergética (consumo de un hogar a tiempo real, consumo histórico, implementación de smart devices y compromiso de flexibilidad) para crear un modelo predictivo que determine las fechas donde se necesitará utilizar la estrategia demand response. Esta técnica se basa en tres puntos:
1. Precisión: Conseguir un modelo predictivo que tenga en cuenta todas las variables y nos permita saber la cantidad de energía que estará disponible en el sistema, el precio de la misma, y cuánta de la misma necesitarán nuestros clientes en un determinado espacio temporal. Esto es determinante para contemplar la implementación de demand response por parte de cualquier comercializadora.
2. Integración: Una vez tienes este modelo, es necesario hacerlo compatible con la mayor parte de los hogares. Es decir, tiene que ser compatible con los sistemas tecnológicos más utilizados por estos. El termostato de Netatmo es un ejemplo de ello.
3. Optimización: Este punto consiste en seleccionar el proceso y establecer tecnología que reduzca la acción humana en el mismo. Esto significaría añadir inteligencia artificial o, simplemente, una programación que asegure una eficaz comunicación en el canal cliente-comercializadora.
Hay que entender que está técnica se basa en el compromiso entre la comercializadora y el cliente. Por un lado, la comercializadora se compromete a brindar unos precios y descuentos muy competitivos a cambio de que el cliente se comprometa a adquirir ciertos dispositivos electrónicos y/o a ser flexible con su consumo. Si el cliente no se muestra flexible, el equipo detectará que el consumo en una determinada franja temporal no siguió las directrices del acuerdo, y por tanto no se recompensará por el mencionado espacio temporal.
Esta estrategia, que nace a finales de siglo XX, tiene un gran beneficio para todos:
Las comercializadoras tienen que comprar energía dependiendo de lo que vaya a consumir sus clientes. Cuando fallan en sus cálculos, el coste es enorme. Este coste deriva de que al no tener energía suficiente para abastecer a sus clientes, tienen que comprar a última hora y a grandes precios. Además, los picos de demanda causan estragos en toda la red debido al esfuerzo económico que supone encender una planta nueva para poder sostener la demanda. Si en su defecto no consiguen esa determinada energía, no llegará electricidad a los hogares y supondrá pérdida de clientes para la comercializadora.
Los hogares (clientes de las comercializadoras) están sufriendo problemas energéticos para combatir los desorbitados precios del kWh. La estrategia demand response permite que los clientes se comprometan a no consumir energía durante cierto tramo horario y a cambio ser recompensados con un descuento en su factura. Estos contratos con la comercializadora van desde acuerdos temporales flexibles (por ejemplo no consumir energía de 10h a 11h el día 13 de febrero) hasta otros acuerdos que requieren mayor frecuencia y flexibilidad por parte de los hogares donde la comercializadora tiene acceso a tu termostato, regulador de aire acondicionado y otros sistemas; y esta misma configura la actividad energética de los hogares para cumplir con la flexibilidad comprometida.
Con este acuerdo, el planeta también sale muy beneficiado. Por un lado, por el papel que juega la eficiencia energética, desencadena en el ahorro de miles de kilovatios y, como consecuencia, en el ahorro de cientos de miles de kilogramos de CO2. Por otro lado, la gestión eficiente de la energía (demand management), deriva en una mejor organización de la red que permita abastecernos al 100% por fuentes de energía renovables en determinado tramos horarios, lo cual permite tener una red más limpia.