Cuando se trata de la gestión eficiente de los excedentes de producción de energía renovable, a menudo oímos hablar de las baterías de almacenamiento para uso individual pero, ¿conoces las baterías compartidas?
La razón por la que las primeras tienen dificultades para imponerse en los hogares es que presentan una serie de inconvenientes para los que las baterías compartidas ofrecen soluciones. Veámoslos con más detalle a continuación.
Las baterías compartidas son sistemas de almacenamiento energético gestionados por empresas especializadas que permiten a los usuarios (tanto particulares como pequeñas empresas) almacenar el excedente de energía producido por su instalación de autoconsumo, para usarla posteriormente.
En cuanto a la forma, los dos tipos de baterías son similares, aunque tienen capacidades diferentes, y cumplen la misma función principal, es decir, almacenar energía temporalmente para su uso posterior.
Sin embargo, en términos de coste, seguridad y comodidad para el usuario, la batería compartida sale muy favorecida.
Las baterías compartidas funcionan de forma sencilla y eficaz. Cuando un usuario produce más energía de la que consume, el excedente se almacena en la batería compartida de su localidad. Esta energía se registra y se pone a disposición del usuario.
Cuando el usuario necesita energía y no produce suficiente, puede recuperar la cantidad previamente almacenada.
Este sistema se gestiona mediante una aplicación móvil que permite a los usuarios controlar su consumo y el estado de su batería.
En términos sencillos, esto nos daría el siguiente perfil de consumo para un hogar equipado con paneles solares:
*En caso de que la demanda de energía del hogar durante el día supere su producción, también tendrá que recurrir a la red eléctrica general.
Sí, las baterías compartidas son seguras. La gestión profesional de estas baterías implica un mantenimiento constante y monitoreo para evitar cualquier tipo de riesgo. Además, al no tener una batería física en casa, los usuarios evitan problemas de espacio y riesgos asociados al almacenamiento de energía en el hogar.
Las baterías compartidas están diseñadas para maximizar la rentabilidad de las instalaciones de autoconsumo, generando un ahorro considerable para los usuarios.
Además, ofrecen una serie de ventajas a diferentes escalas y representan una solución eficaz a algunos de los retos a los que se enfrenta el sector.
Reducción de la congestión en los nudos de conexión: al situarse las baterías compartidas cerca de las viviendas, los excedentes no se vierten a la red general, lo que contribuye a estabilizarla.
Flexibilidad y eficiencia: los usuarios pueden almacenar y recuperar energía según sus necesidades, optimizando el uso de sus placas solares.
Mantenimiento profesional: las baterías son gestionadas y mantenidas por la empresa proveedora, por lo que los usuarios no tienen que preocuparse por costes adicionales o problemas de seguridad.
Sostenibilidad: las baterías compartidas reducen significativamente la pérdida de energía procedente de fuentes renovables, ayudando a descarbonizar el mix eléctrico nacional. También hacen que el sistema en su conjunto sea más eficiente.
¿Quieres saber más sobre este nuevo sistema de almacenamiento compartido, sostenible y seguro? Puedes escribirnos a info@hobeen.com 🙂