El camino hacia una economía resiliente y sostenible requiere esfuerzos por parte de todos, ya sea una empresa, un gobierno, un ciudadano, etc. Las empresas, por ejemplo, tienen que adaptarse a los cambios normativos para mejorar el impacto de sus actividades en el mundo. El gobierno español se encarga de incorporar las nuevas normativas europeas en las leyes del país y proveer las herramientas para que los diferentes actores puedan aplicarlas (subvenciones, formaciones, información, etc.).
Los ayuntamientos, por su parte, son los agentes más relevantes para fomentar la acción ciudadana individual y colectiva en el ámbito medioambiental.
Se refiere a la implementación de políticas, estrategias y acciones que buscan equilibrar el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente a nivel municipal o local. Este enfoque tiene como objetivo garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras dentro de una comunidad específica.
Los municipios tienen un papel relevante en este aspecto. Aquí se detallan algunos aspectos clave del desarrollo sostenible a nivel local:
El mayor reto de los ayuntamientos es superar el llamado green gap (“agujero verde”) en el cual se encuentra una buena parte de los ciudadanos. Las personas que están en el green gap son aquellas que ya conocen y entienden los desafíos y problemas medioambientales que conllevan nuestros modos de vida, incluso afirman querer cambiar sus hábitos pero no han llegado a dar el paso todavía. Los motivos pueden ser varios que van desde cuestiones de comodidad a frenos financieros.
En este contexto, es importante, a la hora de informar a la ciudadanía, profundizar en los beneficios individuales y no sólo medioambientales. Es también imprescindible abrir la toma de decisiones a la participación ciudadana, priorizar los áreas de actuación y acompañar a los individuos durante todo el proceso.
La población de tu municipio puede tener un nivel de confort muy distinto. En cada canal de comunicación que utilice tu ayuntamiento (talleres, reuniones públicas, RRSS, carteles, etc.) tienes que insistir en los beneficios cuantificados para los individuos, por ejemplo:
Distribuir contenedores de reciclaje a tus ciudadanos está bien, acompañarlo de un folleto que explique dónde tirar cada tipo de residuo está mejor.
Haz reflexionar a tus ciudadanos de tal manera que digan “esto lo voy a hacer a partir de ahora”. Por ejemplo, siguiendo con el tema de la basura, puedes lanzar una pregunta retórica tipo: ¿Te gusta sacar la basura? Obviamente la respuesta es un NO y te permite proponer la solución: “Entonces, te interesa reducir tus residuos”. Sin embargo, no puedes dejarlo aquí, tienes que enseñarles cómo. Este ¿cómo? conlleva otros cambios en los hábitos de las personas para los cuales tendrás que aportar información, motivos, herramientas y acompañamiento.
Acuérdate de que si el esfuerzo requerido es percibido como un “sacrificio” es poco probable que las personas lo pongan en marcha.
Es muy probable que tengas muchas ideas y que no sepas por dónde empezar para mejorar tanto las infraestructuras de transporte, como el impacto ambiental de estos y la satisfacción de los ciudadanos. Todo no se puede hacer a la vez pero cada paso es importante.
Si hay alguien que tiene en mente las prioridades para una mejor movilidad diaria es el ciudadano. Ya sea de camino al colegio, al trabajo o a cualquier otro lugar, se enfrenta cada día a la necesidad de desplazarse por el centro urbano y las afueras. Así que ¡pregúntale!
Mejorar las infraestructuras de transporte público supone inversiones importantes, por lo que tienes que asegurarte de que los cambios que pones en marcha tendrán un impacto positivo real y medible para los habitantes.
Puede que algunos cambios sugeridos por la ciudadanía no sean responsabilidades de tu ayuntamiento por lo que tendrás que sentarte con los actores implicados y defender tus propuestas y observaciones.
Aquí te dejamos algunas ideas para mejorar la movilidad de los ciudadanos y reducir las emisiones del sector del transporte:
La creación de una comunidad energética permite una mejor cooperación entre todos los actores implicados en la movilidad y suele facilitar la comunicación entre ellos así como el acceso a subvenciones y otras fuentes de financiación.
Llamamos billete climático a un bono de transporte temporal que permite utilizar todos o la gran mayoría de los transportes públicos de una zona a un precio muy asequible con el objetivo de reducir el uso del coche privado y de incentivar a la ciudadanía a desplazarse de manera más respetuosa con el medioambiente.
Varios países europeos ya lo han puesto en marcha y han constatado una reducción del uso del coche individual y una mayor afluencia en los transportes públicos.